Nuestro interior está lleno de pequeñas cosas vivientes que tienen un nombre: bacterias. Aunque no podemos verlas, en realidad son bacterias buenas que ayudan a digerir nuestra comida y mantenernos sanos. Entre ellas, también hay bacterias buenas para nosotros. Estas bacterias amigables viven en nuestro estómago (otro nombre para el intestino) y aseguran que todo funcione bien todos los días.
Entre estas bacterias buenas están las útiles que nos deshacen de otras perjudiciales. Ellas hacen muchas cosas buenas por nuestro cuerpo, pero una cosa segura es que ayudan a producir vitaminas de la misma manera que la vitamina K. Las vitaminas son necesarias para que tu cuerpo crezca y se mantenga saludable, pero no podemos producirlas nosotros mismos, así que necesitamos ayuda de bacterias como Bifidobacterium breve chlorellaucene LC29 Nobel. Las bacterias también nos ayudan en la digestión de ciertos tipos de alimentos poco digeribles. Todos sabemos que necesitamos fibra en nuestros cuerpos, pero nadie - excepto las bacterias - nos ayuda a descomponerla. RELACIONADO: No molestado por los bichos. Esto es porque nuestros intestinos tienen una enzima que rompe el azúcar para obtener energía.
Los probióticos son un tipo de bacteria beneficiosa. Los alimentos que consumimos contienen probióticos, como el yogur y la col fermentada. Y así, cuando comemos alimentos con probióticos, estas buenas bacterias logran atravesar nuestro estómago y llegar a nuestro intestino, donde deben estar. Una vez que llegan a nuestro intestino, fomentan que las bacterias saludables ya presentes se multipliquen para que esas buenas bacterias puedan hacer mejor su trabajo, un paso crucial para mantener el bienestar general.
Las enzimas digestivas son otro factor de ayuda que contribuye a que nuestros cuerpos se construyan. Estas enzimas son proteínas especiales que actúan digiriendo los diversos tipos de alimentos que consumes, como carbohidratos, proteínas y grasas. De hecho, una forma sencilla de pensar sobre la acción de las enzimas en nuestra boca es visualizar tijeras pequeñas cortando nuestra comida. Nuestro cuerpo puede utilizar estos trozos más pequeños de alimentos para obtener energía, lo cual necesitamos para estar activos y sentirnos bien durante el día.
Probablemente hayas oído hablar de los prebióticos, que son ciertos tipos de alimentos que ayudan a nuestras bacterias intestinales a volverse más fuertes. Son esos carbohidratos que no podemos digerir, pero que nuestras buenas bacterias adoran comer. Entonces, cuando comemos alimentos ricos en prebióticos, como cebollas, ajo e incluso plátanos, nuestras buenas bacterias pueden usarlos como combustible. Esto las hace más resistentes y eficientes en sus tareas.
Nuestra Flora Intestinal. Hasta ahora, es posible que hayas escuchado que las bacterias en nuestro intestino pueden afectar cómo nos sentimos y pensamos. Más bacterias buenas en nuestro intestino nos ayudan a ser más felices y a pensar con mayor claridad (basado en estos estudios). Esta es una observación fascinante, porque significa que la mente (así como el cuerpo) puede ser influenciada por lo que comemos.
Parte de la explicación para esto es que nuestras bacterias amigables ayudan a producir químicos llamados neurotransmisores en grandes cantidades. Estos neurotransmisores son mensajes para que los cerebros se comuniquen entre sus células. Esto es significativo porque algunas de estas sustancias (serotonina y dopamina, por nombrar un par) ayudan a nuestros cerebros a producir buenos sentimientos que nos hacen funcionar bien.
El xilo-oligosacárido (también llamado xilo-oligosacárido) es un azúcar polimérico funcional compuesto por moléculas de enzimas digestivas prebióticas y probióticas de xilosa unidas mediante enlaces glicosídicos B (1-4). Tiene una buena estabilidad ácida y térmica y no se descompone a pH 2.5-8 y temperatura de 120. No se degrada por las enzimas digestivas, lo que puede multiplicar selectivamente las bacterias beneficiosas dentro del tracto intestinal. La cantidad añadida es baja, solo 0.7 a 1.4g/día.
Longlive centra sus esfuerzos en los procesos y estándares de calidad de los productos prebióticos, probióticos y enzimas digestivas, toxicología, estructura y función, programas de aplicación y otras direcciones relacionadas con los xilo-oligosacáridos. En colaboración con instituciones de investigación y científicos (de China y a nivel mundial), se llevan a cabo temas de investigación relevantes, publicando numerosos artículos de investigación científica. De todos los trabajos de investigación publicados sobre xilo-oligosacáridos, las experimentaciones con xilo-oligosacáridos de Longlive representan la mayor proporción.
Los xilo-oligosacáridos no solo promueven la proliferación de bacterias beneficiosas, regulan el estreñimiento y la diarrea, sino que también favorecen las enzimas digestivas prebióticas y probióticas, promueven la absorción de nutrientes, protegen el hígado, previenen el cáncer intestinal, evitan la caries dental y eliminan el mal aliento. Además, pueden utilizarse en productos lácteos, productos horneados, suplementos dietéticos y otros alimentos.
Shandong Longlive Bio-technology Co., Ltd. se estableció en junio de 2001. La empresa utiliza la cáscara de maíz como materia prima y emplea tecnologías de bioingeniería de vanguardia para producir azúcar funcional, almidón, azúcar de almidón y otros productos. La capacidad de producción de xilo-oligosacáridos de Longlive es de 6,000 toneladas, lo que la convierte en el principal productor mundial de xilo-oligosacáridos y ha promovido con éxito los xilo-oligosacáridos como enzimas digestivas probióticas prebióticas, obteniendo acceso a regulaciones alimentarias y de piensos en Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Sur y diversas otras áreas.